La banca debe mirar a la financiación “verde” para frenar el cambio climático

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La banca debe mirar a la financiación “verde” para frenar el cambio climático

Fuente: EFE

Javier Aja

Dublín, 9 nov (EFE).- A los muchos actores que luchan para frenar el cambio climático y respetar el acuerdo de París de 2015, se deben sumar ahora aquellos que tienen los recursos financieros para facilitar el salto definitivo hacia una nueva economía “verde”, según el director general de EIT Climate-KIC España, José Luis.

La búsqueda de ese dinero ha sido la “misión” de la Cumbre de Innovación del Clima 2018, organizada esta semana en Dublín por EIT Climate-KIC, una asociación público-privada de la Unión Europea que tiene entre sus metas el impulso de una economía de carbono cero a través de la formación, innovación y emprendimiento

“Somos el pegamento y los facilitadores. Ponemos en contacto a los actores de diversos contextos. Y aquí tenemos a gente de universidades, centros de investigación, empresas, emprendedores, pero también a figuras clave, como los bancos, los inversores del entorno financiero”, señala Muñoz a Efe.

Durante estos días, destaca, más de 500 participantes han analizado en la capital irlandesa cómo puede el capital potenciar “esta transición hacia una economía baja en carbón y de nuevos modelos”, en un momento de “especial urgencia” ante el rápido avance del cambio climático, lo que sitúa en el centro de este proceso a “agentes aceleradores” como KIC.

“Nosotros estamos trabajando no solo en una ‘innovación incremental’, no vale que seamos únicamente más eficientes, sino que estamos en un momento en que si de verdad queremos abordar este gran reto necesitamos ‘innovación disruptiva’, nuevas cosas, nuevos modelos”, sostiene Muñoz.

No es fácil, sin embargo, asumir estos “nuevos conceptos”, reconoce el experto, pues “a la hora de invertir, a menudo se busca un beneficio inmediato”, en lugar de “tratar de identificar lo que puede ser rentable a medio o largo plazo, los “negocios que darán soluciones efectivas” al aumento de la temperatura en nuestro planeta.

“Es complicado que los inversores, que la banca, vea ese largo plazo porque tiene un riesgo asociado. Las entidades financieras siempre miden las contingencias, pero aquí estamos en otros paradigmas, en la cuestión de la oportunidad y la urgencia”, subraya.

Pone un ejemplo: “El primero que buscó financiación para desarrollar el coche híbrido se topó con evaluaciones de riesgo, de identificación de competidores, pero funcionó y ahora es líder en ese sector”.

Ese proceso, sin embargo, ha sido largo, aunque ya existiera pronto la tecnología necesaria.

“También se requiere una legislación favorable, elementos normativos e incentivos de las administraciones públicas”, recuerda Muñoz, quien celebra que los Gobiernos regionales y municipales en España tengan ya muy presentes estos “conceptos en su agenda”, independientemente de su signo político.

Es el caso de proyectos como el de la empresa española Zeleros, que aspira con su diseño llamado “hyperloop” a concretar trenes que sin emisiones de gases de efecto invernadero superen los 1.000 km/h, y que impulsada por el “pedal acelerador” de KIC se ha posicionado como una de las más punteras del sector.

O la “start-up” valenciana Navlandis, que ha ideado el “ZBox”, el primer contenedor marítimo plegable que llega a ocupar solo una quinta parte de su espacio, lo que facilita el transporte de contenedores vacíos, con un importante ahorro de espacio y costes económicos y energéticos.

Entre los inversores “verdes” figura el banco BBVA, que reafirmó en Dublín su compromiso con los objetivos del acuerdo de París para limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados y reducir para 2025 las emisiones de gases de efecto invernadero entre un 26 y un 28 % respecto a los niveles de 2005.

“Nosotros hemos amplificado nuestra respuesta para promover las finanzas sostenibles y lograr esas metas, a través de la creación de una coalición de 28 bancos que actuarán sobre la base de tres pilares”, dice a Efe Antoni Ballabriga, director global de negocios responsables del BBVA.

Lo primero, expone, es “financiar”, con la “movilización de 100.000 millones de euros” en los próximos ocho años para proyectos e infraestructuras “verdes”.

Después, será necesario “gestionar” esas actividades “para alinearlas” con los contenidos de París, “fijado normas sectoriales” para todos los actores, mientras que el tercer pilar consiste en “involucrar a nuestros clientes, inversores, empleados e, incluso, a la competencia, para tratar de contribuir colectivamente a las finanzas sostenibles”.

De hecho, concluye Muñoz, “no es un problema de dinero, es un problema de convencer a los que lo tienen de que esto puede serles de interés”. EFE

2018-11-29T12:38:50+00:00 9 Nov, 2018|